miércoles, abril 20, 2011

13/04/2011 - Vermell del Xincarró

Toni en Nómada.

Paso a recoger a Ruben y Toni que me están esperando desde hace muy poco rato y nos subimos para el Bruc. El tiempo está bastante peor de lo que esperábamos y de momento mucho más frío. Ya hace bastante tiempo que no pasaba por aquí y tenía ganas de volver a probar los bocatas de butifarra antes de una escalada.

Acabado el café nos acercamos hasta el parking del Xincarró y después de un tranquilo paseo llegamos hasta los pies de vía de la zona de la izquierda.

Yo hace demasiado tiempo que no escalo y si normalmente ya tengo muchos problemas de coco, hoy puede ser terrorífico. Toni y Ruben calientan con 45 Aniversari 6b y en mi turno también, y para mi sorpresa, consigo encadenarla. Me ha costado y bajo infladísimo, pero he subido bastante tranquilo, mirando los pasos y sin conseguir que el miedo me diese por saco. Bajo feliz, poniendo las cintas a Madamme Tortuga 6c+. Esta primera vía del día, aunque creo que ya la tenía, es mucho más de lo que esperaba cuando subíamos para aquí.

Toni y Ruben se ponen a montar Nómada 7c. Entre uno y otro van sacando los pasos y acaban de montarla. En mi turno me meto en Madamme Tortuga pero esta si me tira para atrás y me cuelgo en la mitad de las cintas para intentar descubrir los pasos. Lo único que me ha alegrado es que he sido capaz de montarla y hacer todos loas pasos sin cogerme de las cintas ni hacer otras marranadas que el miedo me hace hacer.

Volvemos a Nómada. Ruben hace un buen intento pero falla en el desplome de arriba y llega hasta la reunión colgándose un par de veces. Toni le da un pegue y solo ha fallado en un paso, también en el desplome de arriba, pero seguro que con un pegue más ya se la puede apuntar en la libreta.

Se nos hace tarde y volvemos directos para casa.

miércoles, abril 13, 2011

09/04/2011 - Baumes Corcades

Mercè saliendo del desplome de la nueva sección.

Ya hacía algún tiempo que tenía ganas de repetir la ferrata de Baumes Corcades de Centelles y por una cosa o por la otra nunca encontraba el momento de ir hasta que después de hablar muy poco con Mercè me animó a ir para allí.

Por suerte para mi, no madrugamos demasiado y Mercè pasa por casa, aparca, cogemos la furgo y nos subimos para Centelles.

Al llegar, imaginamos sin equivocarnos, que en la ferrata nos vamos a encontrar con más gente que la larga cola de coches aparcados tras los que dejamos el nuestro.

Ponemos lo imprescindible en la mochila y nos damos un corto paseo hasta donde empieza la ferrata. Allí, a la sombra y haciendo tiempo para que otros grupos que ya esperaban desde hacia un rato salieran para arriba, nos ponemos todo lo necesario. Mercè es la primera vez que se mete en una ferrata pero tiene bastante claro como funcionan las maniobras.

Llega nuestro turno y empezamos a subir. Primero yo y ella detrás. La verdad es que durante toda la ferrata, si no fuese porque ella me dice y me repite que nunca lo había probado, viendo la tranquilidad con la que subía, no me lo hubiese creído.

Superado el primer tramo paramos bajo la sombra de un arbolito para beber un poco de agua y charlar un rato mientras esperamos que la gente que espera para pasar el puente se vaya reduciendo.

Algo más tarde, cansados de la espera, nos ponemos de nuevo en marcha y al llegar a la bifurcación optamos por el tramo difícil, el del puente tibetano. Cuando ya estamos llegando, nos encontramos con lo previsto y tenemos como unas nueve personas delante. La espera ha sido muy larga pero Mercè, mucho más simpática que yo, enseguida ha entablado comversación con la pareja que iba detrás nuestro y con los que desde ese momento ya hemos seguido juntos, toda la ferrata.

Paso el puente, no sin algo de sufrimiento en el tramo central. Pasa Mercè sin parecer que le haya costado demasiado y esperamos a que pase la pareja. A partir de aquí vamos charlando durante el largo y aburrido flanqueo hasta la siguiente bifurcación.

Mercè opta otra ve por el tramo difícil. Al llegar a las grapas del desplome ya se ve que es durillo. Subo yo y detrás viene ella. En un paso se le escapa una mano y aunque sin hacerse demasiado daño, se da un buen golpe y yo me quedo acojonadito. El resto lo supera con más ganas que fuerza y llega arriba donde yo ya estoy descansando. Un tramo durillo pero muy chulo.

Caminamos hasta el último tramo y la pareja se despide y se vuleve para abajo. Mercè está cansada pero tiene clarísimo que no piensa abandonar y seguimos. Pasa ella delante. El desplome de la escalera lo supera bastante bien, la escalera la sube sin dificultad y me espera arriba donde ya trás un corto paseo y el último desplome nos plantamos en la cima del Puigsagordi 932 m.

Desde aquí un tranquilo paseo, con tramos de jabali por culpa de un despiste, nos lleva hasta la furgo.

domingo, abril 03, 2011

31/03/2011 - Rocódromo Canet

Primeros pasos de Trini.
Primeros pasos de Laura.

Hace dos días recibí un mensaje de Trini en el que me pedía si podía llevarla a ella y a una amiga suya, Laura, a escalar. Como me encanta hacer de “profe” de una de las cosas que más me gustan, no tardé más de tres minutos en responder.

Esta tarde pasaban a recogerme por la oficina y tras una parada en casa para recoger los trastos, nos acercamos al rocódromo de Canet para que hagan una primera toma de contacto con el mundo vertical.

Al llegar hay un par de grupos. Muy amablemente nos ceden una de las vías fáciles en la pared del diedro. Uno de los chavales se ofrece a asegurarme y monto la vía para que ellas la prueben.

Se suceden los intentos y con cada intento, tanto Trini como Laura, se superan un poco más y llegan más alto. Mientras una sube, vigilo que la otra, que realiza la tarea de aseguradora tras un curso de dos minutos, aprenda bien las maniobras.

Después de repetir la vía tres veces cada una, Trini todavía quiere subir una vez más. Nos ponemos en la pared de la derecha y otra vez, el grupito que està allí, nos dejan la cuerda.

La aseguro y vuelve a llegar arriba con bastante soltura. Después repito yo la vía, hago otra un poco más a la derecha y acabo otra vez en el diedro para recoger las cintas.

Ya, en medio de la oscuridad, recogemos todo y nos volvemos para casa para acabar el día con cervecitas, tapas y amigos.