06/04/2008 - Corredor Vermicelle

Ya hace tiempo que arrastraba el síndrome de abstinencia y por fin Gordo me llama y me ofrece una dosis salvadora, gràcies!!.

Muy de madrugada paso a buscarlo por casa y nos subimos hasta las pistas de Cambre d’Ase. Desde aquí un buen pateo que nos pone las pilas…o más bien nos las gasta, hasta los pies de los corredores.

La idea inicial es meterse en el Eclair pero cuando lo veo más de cerca se me escapa un poco de caquita y buscando excusas consigo encontrar varias: Tal vez los pasos de roca están jodidos, la nieve no está muy bien, nuestro fondo no es como para tirar cohetes, vamos un poco tarde para meternos, el gorro que llevo es negro…todo sirve.

No consigo engañar a Gordo pero se cansa de oírme y nos decidimos por el Vermicelle 270 m. 50º/55º, que si no me equivoco es el más famoso y estético de los que hay.

Después de una agónica subida por el cono, con nieve hasta las ingles, llegamos hasta la sombra salvadora y el inicio del corredor. A partir de aquí simplemente nos encordamos y guardamos todos los hierros que traíamos para hacer el otro corredor. Hay huella, una tan buena que es como subir por unas escaleras. Subimos sin prisa, sin más esfuerzo que elevar el pie hasta el siguiente escalón, disfrutando del paseo semivertical.

A poco más de media canal paramos y pasa Gordo delante para hacerme unas fotos. Nos ponemos en marcha de nuevo y al poco rato me parece oír un ruido pero me giro y no veo nada. Otra vez el ruido, y esta vez al girarme veo un tío que sube cagando leches, con los esquís a la espalda y ayudándose de los bastones. Al pasar a mi lado me aparto un poco para que pase y es en esos momentos cuando casi te sientes ridículo, tu encordado, con el casco, dos piolets y los crampones y al lado un tio con las botas de esquí sueltas subiendo a toda ostia…en fin, cada uno hace lo que puede.

El tio pasa y nosotros rematamos el último tramo que con un poco más de pendiente le da algo de vidilla al corredor.

Salimos arriba y nos saluda el viento aquel que no deja disfrutar mucho tiempo del momento de gloria. Después de unos frutos secos, unas galletas y un poco de agua toca la bajada.

Como de fondo no vamos muy bien preferimos desestimar el corredor de bajada, no sea que fallen las paticas y bajemos demasiado rápido, y giramos a la derecha bajando hasta encontrar las pistas. Como estamos muy fuertes y no estamos suficientemente cansados del pateo tonto que nos hemos pegado por no bajar por la canal, nos dedicamos a pasear perdidos por la mitad de las pistas de la cerrada estación de esquí hasta que por fin conseguimos llegar al coche.

Foto1: Vista del Circo de Cambre d'Ase. El Vermicelle es el más evidente de la derecha de la foto.

Foto2: Salva a medio corredor.