10/05/2008 - La Panxa del Bou

Por una vez parece que los mentirólogos no se han equivocado y por fin tendremos una buena dosis de esa agua tan necesaria…mala suerte que nos pille en un fin de semana.

Como no hay muchas opciones, por no decir ninguna, acepto la proposición de Zombi de hacer una visita a La Panxa del Bou.

Aunque los sábados abren a las once, nuestro fanatismo nos hace llegar a las diez y aprovechamos la hora de espera para cumplir con el ritual de bocata-café. Creo que no pasan más de cinco minutos desde que han abierto y ya nos están explicando las instalaciones. Acabado el recorrido, nos preparamos y como ya habíamos planeado nos vamos a la zona de boulder.

A parte de un curso de cien mil niños…tal vez eran menos pero se movían mucho, hemos estado solos hasta eso de las doce en que ha empezado a llegar gente. Por suerte, la gran mayoría calentaba un poco y se iba a hacer cuerda.

Hemos ido haciendo bloques, no muy difíciles pero si muchos…muchos. Sobre las dos, cuando ya todos los pasos parecen difíciles, nos subimos al bar donde nos atienden, con muy buen rollo, uno de los socios.

Después del bocata y unas cervezas volvemos a bajar a la zona de castigo y calentamos de nuevo con pasos fáciles. Entre la gente que está en el rocódromo vemos a Oriol y nos vamos para allá a saludar. Después de charlar un rato nos canta un bloque y mientras vuelve con la familia nosotros nos quedamos con deberes.

Por supuesto el bloque es durísimo y no hacemos más de tres pasos seguidos, pero nos va perfecto para acabar el día.

Damos la sesión por finalizada. Nos despedimos de Oriol, Lila i Arnau. Subimos a despedirnos del socio que esta currando en la barra y al salir nos encontramos con Jordi, que entra en aquel momento. Charlamos un momento y salimos corriendo a por el coche ya que sigue lloviendo.

Sin querer hacer publicidad, y sin contar con que los precios son altos…aunque viendo la oferta tampoco los encuentro tan desorbitados, la Panxa del Bou nos ha dejado muertos de envidia. Otra cosa que hemos notado es que mirándonos las yemas nadie diría que hemos estado apretando durante unas cuatro horas. La calidad de las presa nos ha parecido excepcional, tanto por el tacto como por las formas.

Posiblemente volveremos…si llueve.